Colombia ocupa el Quinto lugar en el ranking de países, donde los Periodistas son asesinados y los responsables quedan libres.

El periodismo es visto en muchos ámbitos como uno de los oficios que más riesgos representa para quienes lo ejercen. En el caso de Colombia, por ejemplo, en los últimos 10 años han sido asesinados 40 periodistas, según cifras del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés).
Pero más allá de los constantes ataques, lo que más preocupa es la falta de eficiencia por parte de las autoridades para resolver los crímenes y judicializar a los responsables. Así lo señala el más reciente índice global de impunidad, compilado por el CPJ
como parte de la Campaña Global contra la Impunidad de la organización,
que examinó los casos de periodistas asesinados ocurridos entre el
primero de enero de 2003 y el 31 de diciembre de 2012 y que aún
permanecen sin resolverse. El ‘ranking’ de 12 naciones (encabezado por
Irak, Somalia, Filipinas, Sri Lanka y Colombia) incluyó sólo los países
con cinco o más casos inconclusos, es decir, aquellos en los cuales no
se obtuvo ninguna condena.
De acuerdo con el análisis del CPJ, la violencia contra la prensa se ha intensificado en Somalia, Pakistán y Brasil,
países en donde la falta de voluntad o la incapacidad de los líderes
nacionales a la hora de abordar esta problemática han sido factores
claves para ahondar la crisis de los periodistas.
La inseguridad
de los testigos también fue detectada como uno de los problemas más
frecuentes. El CPJ señala como ejemplo el caso de Filipinas, en donde el
enjuiciamiento de los sospechosos de una masacre de 50 personas (32 de
ellas periodistas) no se ha podido llevar a cabo por cuenta del
asesinato de testigos claves del caso.
En el caso de Colombia, que ocupa el quinto lugar en la lista,
el Comité señala que si bien se ha registrado una disminución en el
número de asesinatos -ningún periodista ha sido asesinado por su labor
desde 2010-, persisten problemas que dificultan el ejercicio del
periodismo y los progresos en la resolución de crímenes han sido muy
“modestos”. El informe rescata el caso de uno de los ocho asesinatos aún
no resueltos de los últimos 10 años: la ejecución del locutor Jaime
Rengifo Revero, perpetrada en 2003 y en la que participaron dos
exparamilitares que ya fueron identificados.
Otro hallazgo interesante que surge del análisis del CPJ es el caso de Siria, país que no aparece en la lista a pesar del alto número de muertes de periodistas.
Un fenómeno que se explica si se tiene en cuenta que la gran mayoría de
las víctimas murieron en incidentes de fuego cruzado relacionados con
el combate y el índice sólo incluye los ataques deliberado contra
periodistas que se relacionan directamente con la labor que ejerce.
Datos relevantes
•La
fuente política fue la de mayor peligro. El 30 % de las víctimas que
figuran en el índice del CPJ informaban sobre política. Otro 20 % cubría
la corrupción, el segundo tema de mayor peligro.
•Funcionarios
militares y gubernamentales se encuentran entre los principales
sospechosos en el 26 % de los casos de asesinato del índice.
•Reaccionar
ante las amenazas pudiera salvar vidas. En casi la mitad de los casos
analizados para elaborar el índice, las víctimas recibieron amenazas de
muerte antes de ser asesinadas.
•En decenas de casos, está claro
que los asesinos intentaron enviar un mensaje intimidatorio a toda la
prensa. En el 48 % de los casos del índice, las víctimas fueron
secuestradas o torturadas antes de ser asesinadas.
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