viernes, 2 de enero de 2015

Fátima expulsó la ignorancia de El Paraíso

El Paraíso se convirtió en el último refugio de docenas de humildes familias que tras huir de la guerra echaron raíces en esta vereda perdida en las selvas del Putumayo, en las afueras de Mocoa. Los niños estaban condenados a la ignorancia al no existir un solo centro educativo en varios kilómetros a la redonda. Pero un buen día llegó la subteniente Fátima Castro Luna, jefe del Área de Prevención y Educación Ciudadana, y se dio cuenta de que una de las prioridades era construir una escuela. Con su sencillez, carisma y liderazgo, convocó a la comunidad y sentó las bases para expulsar el analfabetismo de El Paraíso. 

Así comenzó en la espesa selva la búsqueda y recolección de listones, tablas, piedras y material de río y la consecución de tejas. Madres cabeza de familia, abuelos y hasta niños se armaron de palas, picas, barretones, garlanchas y carretillas para apoyar a sus policías a levantar una modesta pero eficiente escuela que hoy alberga a más de 60 estudiantes. Además de la construcción de las dos aulas, también se instalaron baterías sanitarias y se reconstruyó la trocha que da acceso a esta comunidad que se engalanó para la inauguración de la escuela bautizada con el mismo nombre de la vereda. 

Hasta allí llegó el comandante de la Policía Putumayo, coronel Ricardo Suárez Laguna, no solo para felicitar a la subteniente y demás uniformados sino para llevarles maletas, libros, cuadernos, lápices, esferos, borradores y una gran dosis de esperanza a los lugareños. Esos mismos policías son los que han liderado una campaña departamental para intercambiar armas por mercados y bicicletas y promover así una cultura de la legalidad en una tierra amenazada por los cultivos de coca y el accionar de grupos ilegales. 

Foto: Policía Nacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario